En palabras de Billy Baldwin, el que fuera uno de los grandes genios del interiorismo, «La primera regla en decoración es que puedes romper casi todas las demás reglas». Este neoyorkino siempre optó por experimentar y arriesgar a la hora de concebir los espacios. Que un sillón solo pueda instalarse en el salón y que el microondas solo es para la cocina son mitos de la decoración del siglo pasado. Los espacios deben ser confortables y reflejar tu estilo de vida.
Y llegado este punto entran en juego nuestra colección de alfombras. De ellas nos cautiva la explosión de color adaptada a los ambientes más contemporáneos. Pero es mucho más, el uso de alfombras es la forma más sencilla de delimitar los espacios, confiriéndoles diferente personalidad en función del uso. En La Casa Chiquita rompemos con el diseño geométrico clásico basado en una secuencia ordenada y repetitiva de colores. Por el contrario, nuestras alfombras se conciben como murales donde el fin es la composición. Por eso, en muchos casos, se utilizan como tapices o como grandes cuadros que resuelven los espacios vacíos de las paredes. ¿Te animas a convertir tu casa en un hogar?