Decoración ecléctica ¡sí a la mezcla!

Decoración ecléctica ¡sí a la mezcla!

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¿Tienes en casa muebles de distintas épocas o te gustaría que la decoración fuese fruto de diferentes inspiraciones? ¿Qué ocurre cuando te sientes atraída por un estilo decorativo después de un viaje? ¿No te ha pasado que visitas la casa de una amiga y descubres nuevas concepciones del espacio? Y si tu casa ya está decorada ¿puedes añadir nuevos y diferentes estilos a lo que ya tienes?

Por supuesto que sí. En La Casa Chiquita somos partidarios de combinar diferentes elementos estilísticos siempre que no se perturbe la percepción de equilibrio global. No tengas miedo y atrévete a mezclar tus espacios cotidianos, bien mediante el uso del color, las texturas o los estilos. Tu casa debe parecer y ser un territorio de creación y placer.

Editorial

Según los parámetros convencionales decoramos nuestra casa bajo una perspectiva absolutista. Es decir, debemos seguir estrictamente los mandamientos de un estilo en cuanto a espacios, formas, colores y materiales. La consecuencia inmediata es que se crean espacios fríos y sin personalidad. Sí, vale, te puede gustar el estilo marinero pero eso no te obliga a meter 50 peces de color azul por toda la casa. Es preferible insinuar un aire marinero refrescante sin tener que hacerlo tan evidente. Después de todo, tu casa es tu hogar y no es el escaparate de una revista de decoración.

Este tipo de decoración estricta termina por crear viviendas algo aburridas porque el diseño no se adapta totalmente a las necesidades de quienes viven en esa casa, particularmente cuando conviven muchas personas bajo el mismo techo. Por esta razón, a menudo las propuestas que vemos en las revistas resultan visualmente “demasiado perfectas” e incluso nos atreveríamos a decir que irreales. Pareciera que esas casas no están hechas para vivir sino únicamente para salir en las fotos. Son viviendas pomposas, incómodas y en desuso.

En La Casa Chiquita la experiencia nos demuestra que cada vez más el interiorismo moderno se constituye de una mezcla de estilos. ¿Te has preguntado en alguna ocasión si la decoración clásica y rústica podrían conjuntarse con otras de estilo mejicano, holandés o art-decó? ¿Es realmente admisible? Por supuesto que sí. Desde el siglo XVII el eclecticismo ha gobernado el diseño de catedrales, palacios y edificios públicos. ¿Por qué no iba a reinar también en el interior de tu hogar?

 

Los orígenes

Al igual que en la filosofía, la decoración ecléctica no persigue soluciones extremas o perfectamente definidas sino que adopta una postura intermedia. Toma las concepciones estéticas más sobresalientes de otros estilos que puedan ser compatibles de forma coherente, combinándolas y mezclándolas. Procura conciliar lo mejor de cada doctrina decorativa en un mismo espacio aunque procedan de campos antagónicos. Muebles, objetos, accesorios y obras de arte son deliberadamente unidos con el objetivo de forzar una visión personal y con carácter, a disposición de nuestra vida cotidiana. El eclecticismo permanece cerca de los habitantes de una casa, los mantiene unidos a través de un sentimiento de paz y confort en el hogar. Sin embargo, no es sinónimo de caos. Todo lo contrario. Es precisamente un instrumento estético destinado a integrar la diversidad de estilos, a conciliar la incompatibilidad de formas y a unir elementos que tradicionalmente se excluyen. El objetivo final busca una perfecta armonía. Es como la vida misma.

El eclecticismo sienta en un mismo espacio muebles de madera baratos con papel pintado, azulejos, suelo laminado, piedra, plástico, cristal y acero sin que resulten incompatibles los unos con los otros. Por tanto, la mezcla de estilos es benificioso para tu bolsillo, especialmente cuando se dispone de un presupuesto limitado. Puedes adquirir los objetos que te gustan poco a poco, sin tener que comprar toda la gama en un estilo concreto.

Solo hay un peligro. Esta mezcla corre el riesgo de caer en lo kitsch, rozando incluso el mal gusto. En definitiva, que tu dulce hogar puede convertirse en una casa de lo más hortera. Así que cuidado con abusar de la vena creativa que todos tenemos dentro.

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